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Diagrama después de 28. ..., Tee5.

El Arte de la Improvisación

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UNA FALLA EN EL DIAMANTE

Publicado por MA40 el miércoles 30 de marzo de 2011.

Inicio este blog con un artículo sobre una partida del genial David Bronstein publicada en su obra “200 Partidas Abiertas”.

A veces me pasa que, cuando estudio un libro de ajedrez, me encuentro con erratas de impresión en las que nada ha tenido que ver el autor. Sin embargo, en esta ocasión, quiero hablarles de un error que me encontré al analizar una partida de Bronstein contra S. Gligoric, la cual se comenta en el libro “200 Partidas Abiertas” con el título “El Arte de la Improvisación”. No se trata de una errata sino de un despiste del Gran Maestro. Adjuntaré, en primer lugar, todo el capítulo para que los lectores traten de encontrar dicho error, ahora será más sencillo de encontrarlo, pues ya están avisados de su existencia. Como pista les diré que, el error consiste en un mate en un movimiento que se le escapa al jugador que lleva las blancas, en este caso, Bronstein.

 

EL ARTE DE LA IMPROVISACIÓN
(Torneo internacional para grandes maestros, Moscú, 1967)
S. Gligoric jugó las negras

¿Qué cautiva más a los millones de aficionados a este juego antiguo?
Desde luego, la solución de problemas y estudios es más cautivador que la maestría en los finales y el estudio de las aperturas, que para ser recordadas exigen unos excelentes versos y las tablas de… logaritmos. Depende del gusto de cada uno.
Vamos al templo del arte ajedrecista para complacernos con la belleza de las combinaciones. No importa si sabemos combinar sutilmente las piezas y los peones o nos complacemos con los ornamentos, logrados por otros adoradores, con mayor capacidad artística, de la diosa Caissa.
El ideal de todo ajedrecista, es lograr una combinación original y compleja.
Para lo cual es necesario trabajar mucho y estudiar el arte de los colegas y las grandes creaciones ajedrecistas del pasado.
El ajedrecista perezoso y poco inclinado a la improvisación, rara vez logra producir una combinación brillante.
Con todo, he producido una en mi vida, y quiero hacer gala de ella.
Si se muestra la posición reflejada en el diagrama a jugadores de categoría deportiva distinta, y se les pide que valoren las posibilidades de las blancas, a las cuales les toca mover, posiblemente obtengamos los siguientes resultados.

Valoración de un principiante:
―¡Lástima que no se puede dar mate haciendo Dxg7!
Valoración de un ajedrecista de cuarta categoría:
―¡Convendría situar la dama blanca en el escaque h5 y dar jaque desde e8 en cuanto se presente la ocasión para hacerlo!
Valoración de un ajedrecista de tercera categoría:
―¡Ah, si fuese posible tomar con las torres la primera horizontal de las negras!
Valoración de un ajedrecista de segunda categoría:
―Como el movimiento f6 ha descubierto el punto g7, se podría abrir la posición del adversario, ocupar la segunda horizontal de éste y atacar contra dicho punto.
Valoración de un ajedrecista de primera categoría:
―¡Es imposible sacar ventaja de esta posición, a menos que se prepare una celada! En cuanto las torres se sitúen en la segunda horizontal de las negras, éstas protegerán su punto g7. Como quiera que sea, puede intentarse.
Valoración de un candidato a maestro:
―Toda combinación requiere entrega de material. ¿Qué se puede entregar aquí? ¡No se va a sacrificar el caballo d4, orgullo de la posición de las blancas!
Valoración de un maestro:
―Eso de orgullo de la posición me parece bien. Pero, luego de haber sacrificado el caballo, la torre no podrá penetrar en la vertical d, pues se lo impide la adversaria d5. El frente se puede abrir sólo por la vertical c; pero como el caballo negro lo impedirá, hay que tenderle una celada, para lo cual puede utilizarse una torre. Pero ¿cuál?; esto es muy complicado y requiere un análisis minucioso.
Valoración de un maestro internacional:
―Naturalmente que puede hacerse con una torre. Hay que acercarla al caballo para que éste se lance a su captura, como la corneja va detrás de un trozo de queso. Y la torre penetrará, veloz cual una zorra, en la vertical c. Si pero ¿dónde situarla? ¡En c8!
Valoración de un espectador objetivo:
¡Amigos, todo eso no son más que cantos de sirena! ¿Casan vuestras ideas unas con otras? Aunque agradecido por estos planes fantásticos, sería mejor que uno de vosotros me mostrase prácticamente cómo proceder.

Desde el punto de vista instructivo, los movimientos comprendidos entre el vigésimo noveno y el cuadragésimo pueden dividirse en tres partes:

1) La celada 29. Td2, Dd7; 30. Tc1, b4; 31. h3, Ce4; 32. Tdc2, Txd4; 33. Tc7, Dd5; 34. Axd4, Dxd4.
2) La combinación 35. Txg7+, Axg7; 36. Tc8+.
3) La maniobra forzosa 36. …, Rf7; 37. Dh5+, Re7; 38. De8+, Rd6; 39. Tc6+, Rd5; 40. Dd7+, Cd6; 41. Txd6+, Re4; 42. Txd4++.

1. e4, e5; 2. Cf3, Cc6; 3. Ab5, a6; 4. Aa4, Cf6; 5. 0-0, Ae7; 6. Axc6, dxc6;  7. d3, Cd7;  8. Cbd2, 0-0; 9. Cc4, f6; 10. Ch4, Cc5; 11. Cf5, Axf5; 12. exf5, Te8; 13. b3, Dd5; 14. Ab2, e4; 15. Ce3, Df7; 16. d4, Cd7; 17. Dg4, c5; 18. Dxe4, cxd4; 19. Axd4, c6; 20. Tad1, Cc5; 21. Dg4, Af8; 22. Cc4, Tad8; 23. Ae3, b5; 24. Cd2, Td5; 25. c4, Tdd8; 26. cxb5, cxb5; 27. Cf3, Td5; 28. Cd4, Tee5; 29. Td2, Dd7; 30. Tc1, b4; 31. h3, Ce4; 32. Tdc2, Txd4; 33. Tc7, Dd5; 34. Axd4, Dxd4; 35. Txg7+, Axg7; 36. Tc8+, Rf7; 37. Dh5+, Re7; 38. De8+, Rd6; 39. Tc6+, Rd5; 40. Dd7+.

Las negras depusieron las armas.

 

¿Qué? ¿Lo han localizado? ¿No? Pues para aquellos que no lo hayan descubierto aún, se trata del movimiento:

No obstante, el hecho de que Bronstein no viera este mate, no merma ni un ápice la belleza de la combinación que conforma esta partida. Y es natural, también, que, durante una competición, una vez encontrada la manera de ganar de una forma inequívoca, no se busquen otras jugadas, como en este caso, mejores. Otra cosa distinta es, que tras su posterior revisión, y a la hora de publicar la partida, el error siga sin ser detectado. No deja de ser, eso, “una curiosa y pequeña falla en el diamante”.

 
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